jueves, 17 de abril de 2014

Sabía que un día me volvería loca

Yo ya sabía que me volvería loca.

Que de pronto empezaría a verlo todo borroso,
como quien trata de enfocar la realidad desde un cristal translúcido.
Sabía que empezaría a ver millones de mujeres guapas a mi alrededor,
aunque en realidad ninguna fuera bonita,
aunque en realidad ninguna fuera a comprenderme.

Sabía que empezaría a vaticinar una lluvia de estrellas
cuando tú me avisaras de que cogiera el paraguas
y me sentiría cohibida, engañada e incierta.

Que un día alguien me miraría
y se me clavarían sus ojos en las lagunas de mis mejillas
y se me encharcarían los míos cada vez que éstos se abrieran,
un mismo rostro no debe empezar a percibir distintas realidades,
al igual que un corazón con dos flechas clavadas
está condenado a acabar arrancándose una o a desangrarse.

Yo ya sabía que me volvería loca;
empezaría creyéndome Dios,
convirtiendo los vasos de agua en copas de vino,
los días en noches,
y terminaría proclamándome mortal,
abatida frente las sábanas,
suplicando que esta noche no ahorcaran mis sueños,
como había hecho yo con quien un día dije
que sería
para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario