miércoles, 29 de julio de 2015

La fábula de la bestia

Me miras
asustado,
arrebatado de tus campos,
de tus selvas,
de tu tierra,
de tu mar,
de tu río
y de tu océano,
me miras
desde unos ojos en los que no cabe el odio,
con un corazón que no lo crea,
te enjaulan y dicen que eres salvaje
sólo porque vienes de un lugar
en la que la mano del hombre aún no te había tocado,
si la mano del hombre es
invadir,
destruir,
despoblar
y
poblar
con carreteras,
calles,
casas,
que no necesitan
los árboles
más que para hacer bonito en un jardín,
arrancan a los seres de su tierra
porque no concebimos compartir el mundo
con quien no tiene voz
para evidenciar nuestra culpa.
Te miro
y siento que te has convertido
en un simple capricho del hombre,
que es,
muy a tu desgracia,
el más salvaje de todos.

viernes, 24 de julio de 2015

Y así fue

Me gustan las horas en las que es demasiado tarde y pronto a la vez, cuando sale el sol y el sueño se despierta en los párpados y abotona la garganta de quien tiene demasiado que decir y no encuentra palabras, es hora entonces de dejarse soñar con los ojos cerrados, ¿quién justamente se entrega entonces al silencio consciente de las manos?
Ya no necesitaba dormir -pensé-, ya no necesitaba matar más el tiempo. Aún así me fui porque no podía esperar a saber si mañana el mar seguiría siendo lo mismo.

martes, 7 de julio de 2015

María (o algo así)

No intento, o intento, hacer algo mágico del autoerotismo, y me doy cuenta de que no hay nombre que gemir cuando alcanzo la cumbre, me vislumbro entonces desde lejos, y temo ser sombra para quien es todo. Se hizo demasiado largo el camino como para seguirlo en forma constante y me disculpo, o no, tal vez, de veras, no debiera yo disculparme.