miércoles, 29 de julio de 2015

La fábula de la bestia

Me miras
asustado,
arrebatado de tus campos,
de tus selvas,
de tu tierra,
de tu mar,
de tu río
y de tu océano,
me miras
desde unos ojos en los que no cabe el odio,
con un corazón que no lo crea,
te enjaulan y dicen que eres salvaje
sólo porque vienes de un lugar
en la que la mano del hombre aún no te había tocado,
si la mano del hombre es
invadir,
destruir,
despoblar
y
poblar
con carreteras,
calles,
casas,
que no necesitan
los árboles
más que para hacer bonito en un jardín,
arrancan a los seres de su tierra
porque no concebimos compartir el mundo
con quien no tiene voz
para evidenciar nuestra culpa.
Te miro
y siento que te has convertido
en un simple capricho del hombre,
que es,
muy a tu desgracia,
el más salvaje de todos.

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