martes, 18 de noviembre de 2014

XVII

El antecedente directo de un beso es el silencio.

El día es la continuidad consciente de los sueños,
Lentitud abocada a crearte,
Entonces, cuando haya silencio,
No existirá el tiempo,
Antes, amor, no existo yo.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Azul

Las insinuaciones delegan el rechazo a la posibilidad de no haber sido comprendido.

Quédate conmigo una noche cualquiera hasta que el sol nos reciba a las dos con el alma desnuda, quédate como quieras, pero sé real y quédate.

Dime que no tienes miedo y que el momento es ahora, que deberíamos vivir como si fuéramos a morir mañana y que no te importa. Cánsate, dime que ya estás harta.

No me hables como un maldito autómata.

Quiérete y aprende a amarte con mis ganas, dime que te sobra todo cuando estás conmigo y aprende que la moderación es el limbo de aquellos que apenas vivieron como para poder morir.

Salta, alto, lejos, cae y establece la altura como punto de partida, nunca partas de una expectativa menor de la que te llevó a la locura.

Contigo me faltan las ganas de no ser.

Pretendo que comprendas esto, pero no a mí, comprenderme sería desvelar una incógnita que no existe, es sencillo, jamás podrás saberme, por el simple hecho de que yo aún me creo.
Lo primero que se echa del verbo echar es la hache, lo segundo eres tú, porque quiero conducirte a un lugar en el que la puerta de salida sólo sea el entendimiento de por qué quieres marcharte.

Quiérenos, aquí y conmigo.

No va dirigido a ti. Va dirigido a ti, a la que espero que nunca me sepa.

Si vas a ser,
nunca seas para siempre,
sé constantemente.

Bueno, va, seamos sinceras, desvelemos las metáforas.
Yo primero: El cielo es tus ojos.

XV

Hoy hay agua y no llueve, hoy no estoy ni me busco por miedo a encontrarme, me he escondido como siempre que huir acabaría llevándome de nuevo a mí.

Tengo atragantado en los pulmones un abrazo, una sorpresa, un giro de tu espalda y mis pasos junto a ti que me llevaron a adelantarte.

Hoy tengo un sentimiento atascado en el pecho, que me quita el sueño pero no me priva de soñarte.

No hay salida ni puerta de entrada, sólo ventanas como ilusiones latentes y esperanzas muertas. No hay finitud porque mañana seguiremos soñando con cosas distintas.

No hay impulsos ni frenos y me siento más perdida que antes, he dejado una parte de mí que juré eterna y ahora vago sin coraza pero con un corazón más fuerte. No me hieras con palabras vacías.
Vivo en nueva línea, comienzo en un punto y aparte, porque otra boca ha puesto en mí la mayúscula con la que no me atrevía a escribir mi nombre ayer.

He besado, he llorado y he reído como algo tan intrínseco a mi ser como lo fue el hecho de quererte, y hoy me falta hogar pero me sobra camino. Ahora estoy aprendiendo a andar sola, dame tiempo.

Y me muero de ganas de que vuelvas a gritarme con los ojos que te bese y que la concepción del momento se perpetúe hasta la llegada del silencio frío. Si preguntaras alguna vez te diría que podría amarte, pero tal vez nunca sepas si estas líneas van por ti. Yo nunca compro una musa y siempre entrego mi alma a cambio de nada.

Te tengo a ti en la cabeza cuando pienso en correr sin ropa por tus dudas y que no haya nunca meta, no hay descanso para aquellos que siempre se crean.

Tengo sangre en la boca y unos minutos de menos, supongo que hoy has vivido en mí de una manera tan intensa que mirarte de nuevo supondría follarme los miedos.

lunes, 10 de noviembre de 2014

El conjunto de todos mis "tus"

Si supiera el número exacto de veces, no lo haría. Si supiera el momento exacto, la fecha exacta, no viviría.
Hoy el sol se niega a esconderse y una ausencia sin dueño me habla en una lengua que no entiendo, hoy susurro miradas que te alcanzan de espaldas y discuto con mi eco.
Hoy habría sido un día normal, pero no lo ha sido, por el mismo hecho de que no lo ha sido y sigue una continuidad que tiene más de extraordinario que de común.
Hoy he digerido, por fin, la existencia, y el corazón vació me ruge de hambre. Hoy, lo mantengo, podría haber sido un día normal si no hubiera sido normal.
Hoy no voy a escribir palabras de amor, de hecho hoy no voy a escribir nada, porque plasmar lo banal convierte al escritor en asesino y yo no soy más que, a lo sumo, traficante de insomnios y soñadora nata.
Hoy me sobran manos, me sobran ojos, me sobra boca, o tal vez me falte todo. Hoy tengo tantos "tus" en la cabeza, que se han convertido en "vosotras".
Hoy me he sentido habitante legítima de mi cuerpo y he temido de nuevo perderme y me he tragado el orgullo y me he amado como si fuera la última noche que paso conmigo, hoy os he imaginado y no me he herido.
No busco una tarde tranquila ni un día que llegue, no te busco a ti, porque encontrarte supondría abandonar la idea de que existes, prefiero escribirte y fingir que no existes si nadie me lee.
La escritura es lo único que no me engaña aun cuando yo quiero hacerlo, es la única puta sin traje de fiesta que te folla de frente. Hace tiempo estuve mal y su silencio fue el grito que me sacó de ese pozo, ahora sigo siendo agua pero fluyo de distinta forma. Lo verás, te digo, tal vez, si te quedas el suficiente tiempo.
Las palabras que se dicen te pueden herir; te pueden rajar la garganta, romperte la boca, explotarte en las manos, pero las que no se dicen se convierten en un dolor silencioso que se columpia en tu estómago. Una palabra no dicha es un fantasma mudo.
Me he perdido más veces de las que he encontrado la salida, y acumulo caminos sólo habitados por mí, también he explorado paraísos terrenales que nada tienen que envidiar a tu cuerpo, pero tú respirabas junto a mí sin que me hiciera falta concretar tu existencia.

Hoy ya es tarde y la luna me mira de nuevo a los ojos, hoy habría sido un mal día para escribir porque no habría podido decir que te quiero.

Sara

Hace tiempo que no converso a solas conmigo, hace tiempo que no me escucho, que echo de menos a una mitad que nunca fue mía, pero que sentía conmigo.

Hace tiempo que me busco y no me encuentro, que me hablo y no respondo, que me miro y no me veo, y detrás de mí sólo hay un silencio que me susurra por las noches que la soledad más dura no es la de espacios vacíos.

Hace tiempo que sé que las excusas son sólo argumentos estúpidos para no sentirnos tan culpables por nuestra propia infelicidad, algo así como el mecanismo de defensa de los vagos y los perdedores. Podría decir que ya no me justifico, que no me perdono hipócritamente. Creo que voy a darme una oportunidad, me estoy conociendo.
He vivido en mí mil años y me he follado multitud de veces, pero muy pocas me he hecho el amor. Y nos dicen "tenéis que aprender a quereros a vosotros mismos",y pienso, ¿qué manera hay mejor de hacerlo?
Todos somos nuestra propia excepción. Mi existencia se resume en sentimientos cíclicos que actúan como huracanes perdidos, a veces soy, a veces no pienso, a veces no soy.
Siento una debilidad extrema por las personas que dicen que les gusta la lluvia y que de verdad, de verdad, les gusta la lluvia.
El conformismo me lleva a una pena más asociada a la autodestrucción que al estatismo, empecé creyendo que me faltaban manos para tocarte hasta que pude comprender que lo que no había, era deseo.
Tengo una tendencia idealista que me empuja a fracasar a largo plazo. Hay algo dentro de mí que a veces duele y no logro escucharlo, porque habla en una voz tan baja, que tengo que elegir entre mis fantasías y su texto, y me es imposible dejar de esperar vestida de gala a que alguien llame y se convierta en aquellos "tus" que escribía a veces. Me pueden las ganas de ser fiel a esta esperanza con cierto infantilismo.