jueves, 17 de abril de 2014

Para poder tenerte hoy aquí

Me enredabas el pelo
como si quisieras hacerle un nido a tus sueños
y lo utilizases a él, prolongación de mis ideas,
como base.
Me cogías las manos
y las unías a las tuyas,
sin el calor necesario para fundir dos hierros,
pero con el mismo efecto.
Me acariciabas los labios
como si estuvieras tocando a un pájaro herido
y supieras que un movimiento brusco lo haría volar.
Tú me enredabas el pelo,
me cogías las manos,
me acariciabas los labios
y yo, torpemente, almacenaba recuerdos,
para poder tenerte
hoy
aquí
conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario