martes, 15 de abril de 2014

Los que creen que van a vivir para siempre

Me dan pena.
Me dan pena los que hablan
creyéndose poseedores de una verdad universal.
Me dan pena.
Me dan pena los que colocan muebles
como si fueran los pilares que sostienen su cordura
y se histerizan al comprobar
cómo el desorden de su construcción grandiosa
hace tambalear su verdadero caos,
al que ellos no quieren hacer frente.
De verdad, me dan pena.
Me dan pena aquellos que tienen siempre
la boca abierta
y la cabeza vacía.
Aquellos que miran al mundo con pupilas translúcidas,
actúan como ciegos y quieren ser tratados como tales,
en un intento patético de estar exentos de realidad.
Me dan pena los que caminan con un escudo entre las manos,
ignorando que las flechas de Cupido
desde lejos también parecen armas.
Me dan pena, en definitiva,
los que creen
que van a vivir
para siempre.

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