Ya no la busco, no quiero una concepción idealizada del amor porque quien persigue fantasmas acaba convirtiéndose en uno de ellos, pero perdóname.
Soy mucho más de lo que digo, en ambos sentidos y a la inversa. Soy el miedo que me atora los pulmones y el pulso acelerado cuando me acerco a ti, los mil latidos por segundo de la primera vez, la pena de la próxima.
No soy todo aquello que estás dispuesta a recibir pero te daré más de lo que yo me imagine. Sé que en el silencio de las noches ya no falta nada porque el silencio sólo es amargo cuando no esperas una voz y créeme cuando te digo que te espero más de lo que piensas.
Me gusta cuando me miras como si vieses a través de mí y afuera hubiera algo más bonito que el mundo, porque pienso entonces que podemos escapar de él mientras estemos juntas.
Conjugas en ti todo lo que siempre he buscado pero eres tan diferente a mis sueños que ya no tengo miedo de haberte creado y de que desaparezcas cuando abra los ojos, a ti puedo pensarte aunque haya ruido fuera y sigues siendo tan real como la sangre.
Despiertas cada uno de mis lados más instintivos y naturales y los mantienes como elementos separados y a veces sólo tengo ganas de follarte y otras tengo miedo a decirte que te quiero porque pienso que lo primario hace menos daño cuando desaparece. Tendemos a hacer de los recuerdos no satisfechos fantasmas y yo no quiero crecer en la mente de nadie más rápido de lo que lo hago en el mundo, no quiero hacerme vieja ni tener una casa ni un viaje a París, quiero ser a cada momento lo que soy en el presente porque yo tengo una versión envejecida de mí en una esquina del corazón y es difícil hablarle y hacerle entender que nació para no ser real y que tendrá que convivir con otras gentes a las que jamás va a conocer.
Quiero ser tu presente mientras dure el presente, el sueño de una noche o el placer hasta el final del orgasmo, pero nada más. Quiero evolucionar contigo y que compartamos camino pero te pido que no me mires la espalda mientras caminamos juntas, el trayecto sólo se hace con quien avanza a tu misma velocidad.
Eres la sonrisa más sincera de este año y todo lo que nunca me habría dejado imaginar, eres la confirmación consciente y silenciosa de que el mundo existe después de las doce, y de que hay gente que besa con prisa y gente que besa despacio y juntos pueden crear el beso más bonito del mundo.
Eres el silencio en el momento exacto en el que grito.
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