Decisiones. Todo son decisiones, el día que dejes de elegir y el mundo siga, habrás muerto.
Tengo en mí todas las vidas a las que no me lancé y es probable que viva realidades posibles como sueños intangibles anclados al pasado. Dentro de la posibilidad, uno es todo lo que ha elegido amar y contiene el vacío de lo que ha huído.
Oigo el maullido de un gato a lo lejos y me tiemblan las manos, porque quien decide no elegir o elegir con miedo, teme hasta a lo más bello. Dicen que la noche es el lugar de las decisiones fatales, pero yo no les creo, la intimidad de la falta de luz nos proclama anónimos y nos convertirmos, algunos con una copa de más, en héroes clásicos, hay algo intrínseco a nosotros que nos hace sentir la noche con las palmas de las manos abiertas.
En una de mis múltiples vidas ya me habré matado, estoy segura, a la verdadera la llamo Experiencia y no es sin mí y yo no soy sin ella. A veces creo que siento el dolor de alguien a quien no conocí y me vienen flashbacks como bocetos o guiones escritos de algo que no se llevó a cabo y, me pregunto qué pensaría de mí la niña de trece años que se miró a los ojos por primera vez y se dijo que podría.
La vida es una, el momento siempre es ahora y las oportunidades efímeras, por lo tanto, las decisiones rápidas. Decide ahora, decide ya y lo harás con el corazón, quien arrastra un deseo durante demasiado tiempo lo somete a esa razón que nos convierte en inhumanos.
Tal vez hoy, mi hoy, hubiera podido ser el día más maravilloso de mi vida si hubiera decidido volver a casa por un camino distinto, tal vez no hubiera cambiado nada en absoluto o estuviera sentada en una esquina más perdida que cuerda, pero de todos modos eso ya no importa porque elegí volver a casa por el mismo camino.
He aprendido que de todas las preguntas, la respuesta siempre sea " ¿y por qué no?", tal vez mañana camine hasta casa y se bifurque el camino en dos y no elija ninguno, tal vez la respuesta a la pregunta deba ser "¿y por qué sí?
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