Si alguna vez decido marcharme
no me odies,
no quemes mis fotos,
no rompas mis cartas,
si alguna vez decido marcharme,
no me olvides,
no aborrezcas mi nombre,
no repudies mi risa,
para que así,
cuando vuelva,
puedas enseñarme quién era
antes de volverme loca.
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