El problema es que no sé decir no
a unos ojos que me miran
como si fuese lo último que querrían ver en el mundo,
a una boca que no promete
pero besa mejor de lo que saben mil te quieros.
El problema es que a veces confundo mis pensamientos
con las frases que un día dijiste
y tengo grabadas en mi cabeza,
"Follar a oscuras es sólo de acomplejados" ,
y lo acabo pensando cada vez que en la noche
me hago el amor a mí misma,
y termino, como siempre, pensando en ti.
El problema es que sólo soy,
ni estoy ni lo parezco,
y dejo de ser yo para convertirme en tristeza
y no me reconozco cuando me miro al espejo
o me transformo en euforia
para cegarme con mi propia luz
y acabar a oscuras hablándole al silencio
de lo que es ser soledad.
El problema es que amo siempre
por encima de mis posibilidades
y acabo endeudando el corazón,
pidiendo préstamos que luego
los sentimientos no pueden pagar.
El problema, es que somos mortales
con aspiraciones de dioses.
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