Si supiera el número exacto de veces, no lo haría. Si supiera el momento exacto, la fecha exacta, no viviría.
Hoy el sol se niega a esconderse y una ausencia sin dueño me habla en una lengua que no entiendo, hoy susurro miradas que te alcanzan de espaldas y discuto con mi eco.
Hoy habría sido un día normal, pero no lo ha sido, por el mismo hecho de que no lo ha sido y sigue una continuidad que tiene más de extraordinario que de común.
Hoy he digerido, por fin, la existencia, y el corazón vació me ruge de hambre. Hoy, lo mantengo, podría haber sido un día normal si no hubiera sido normal.
Hoy no voy a escribir palabras de amor, de hecho hoy no voy a escribir nada, porque plasmar lo banal convierte al escritor en asesino y yo no soy más que, a lo sumo, traficante de insomnios y soñadora nata.
Hoy me sobran manos, me sobran ojos, me sobra boca, o tal vez me falte todo. Hoy tengo tantos "tus" en la cabeza, que se han convertido en "vosotras".
Hoy me he sentido habitante legítima de mi cuerpo y he temido de nuevo perderme y me he tragado el orgullo y me he amado como si fuera la última noche que paso conmigo, hoy os he imaginado y no me he herido.
No busco una tarde tranquila ni un día que llegue, no te busco a ti, porque encontrarte supondría abandonar la idea de que existes, prefiero escribirte y fingir que no existes si nadie me lee.
La escritura es lo único que no me engaña aun cuando yo quiero hacerlo, es la única puta sin traje de fiesta que te folla de frente. Hace tiempo estuve mal y su silencio fue el grito que me sacó de ese pozo, ahora sigo siendo agua pero fluyo de distinta forma. Lo verás, te digo, tal vez, si te quedas el suficiente tiempo.
Las palabras que se dicen te pueden herir; te pueden rajar la garganta, romperte la boca, explotarte en las manos, pero las que no se dicen se convierten en un dolor silencioso que se columpia en tu estómago. Una palabra no dicha es un fantasma mudo.
Me he perdido más veces de las que he encontrado la salida, y acumulo caminos sólo habitados por mí, también he explorado paraísos terrenales que nada tienen que envidiar a tu cuerpo, pero tú respirabas junto a mí sin que me hiciera falta concretar tu existencia.
Hoy ya es tarde y la luna me mira de nuevo a los ojos, hoy habría sido un mal día para escribir porque no habría podido decir que te quiero.
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