martes, 4 de agosto de 2015
Entonces tú te vas
La espera, las horas, los besos, los silencios consentidos, inquisidores, inconscientes, los besos, los ritmos constantes, miradas, miradas, miradas, los besos, pasos de cebra y semáforos en rojo, los besos, los ritmos inconstantes, latidos, cuando te vas y cuando vienes, tu olor, confirmaciones silenciosas de preguntas no formuladas, el nudo en la garganta, cosquillas en el estómago, las voces de quienes no son tú, el resto del mundo, aislado, condensado, delimitado en un hueco a parte de mi memoria, la ebriedad, la sobriedad, su alternancia, las horas en las que sueño y las horas en las que no estás, los besos, la música, las canciones que ya no serán anónimas, el miedo que acaba atornillándose a mis talones, peroquémeestáshaciendo, las ganas de llorar que no comprendo y todo lo demás que no comprendo y no me importa. Entonces tú te vas y es como si todo estuviese comprimido en un puño y abriese la mano.
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